lunes, 30 de septiembre de 2013

Espejo


Fuiste mi espejo un par de horas
fuiste un obús
un proyectil tele dirigido a mi entrepierna
un hongo alucinógeno
un sueño húmedo
un deseo seco y arenoso.
Me convertiste en
selva amazónica
siempre mojada
siempre llovida
espesa y frondosa.
Me enseñaste territorios nuevos
agrestes
abandonados dentro de mí
desde el inicio de mis tiempos.
Me aguijoneaste como un alacrán
furtivo
venenoso
rápido
directo.
Revolviste mi norte con mi sur
mi mar con los hielos de mi montaña
mi desierto con mis bosques de secuoyas.
Me novelaste
me escribiste
te escribí
me leíste.
Yo a ti no.
Yo ya te había leído antes.


viernes, 20 de septiembre de 2013

El que no arriesga no gana

El que no arriesga no gana, dicen. Nunca antes me había gustado arriesgar. Y no es que ahora me guste, es sólo que hoy estoy más dispuesta. Treinta y nueve años de experiencia me respaldan. Treinta y nueve años en los que he hecho de todo con tal de permanecer al cobijo de lo seguro, de lo "correcto", de lo bien visto, de lo socialmente aceptable, sin que al final del día el resultado fuera positivo. Ningún sueño fue nunca más importante que eso, así que casi todos duermen el sueño de los justos. Lo que tengo hoy no es un sueño, no propiamente; es más bien una experiencia que ansío vivir, un permiso que me quiero dar, un punto de fuga a esas inquietudes añejas y solas que se me esconden bajo la piel. La intención es empezarme a reconstruir sobre mis propias ruinas. Tengo miedo, como casi siempre. Miedo a no ser lo suficientemente buena o interesante o culta, miedo a no tener las armas de seducción intelectual necesarias para enfrentarme a quien si las tiene y además las domina a la perfección. La diferencia entre la yo de ahora y la de antes es que esta vez no pienso permitirle al mounstro que me devore, no sin antes intentarlo, no sin sentarme frente a esa mesa y a ese café y corroborar que lo que me paraliza es real, no hasta ver y sentir y sudar y paladear la amargura de la materialización de mis pavores; porque también puede que no sea cierto. Históricamente me he juzgado con una dureza implacable, he creído que soy menos de lo que otros creen que soy, hoy trato desesperadamente de revertir la tendencia. He decidido dar un paso hacia mi libertad. Iré. Me plantaré a las seis en punto en el kiosco de Coyoacán. El resto será ganancia.