viernes, 28 de septiembre de 2012

Un mexicano en McLaren

Comencé a ver la F1 por allá del 85-86. Cuando corrían para McLaren: Niki Lauda, Alain Prost y Keke Rosberg (papá de Nico Rosberg, piloto de Mercedes). Desde entonces, McLaren ha sido mi equipo favorito y he admirado el talento de sus pilotos. Tal vez Alain Prost no sea el mejor ni el más destacado piloto de la historia de la F1, pero fue él quien hizo que me enamorara de este deporte con su técnica y manejo impecable.
Si en aquellos años me hubieran dicho que algún día habría un piloto mexicano (y además tapatío) en un asiento de McLaren, probablemente no lo hubiera creído o hubiera vivido desde entonces con esa ilusión.
Sergio Pérez debutó en F1 en 2011 y sinceramente no pensé que llegaría a destacar porque el ambiente y lo competitivo de la categoría no se lo permitirían. Pensé que le iría como a Juan Pablo Montoya y hoy me muero de gusto de ser testigo del éxito que ha tenido Checo, gracias a su gran talento.
Para el futuro cercano espero dos cosas: Un campeonato del mundo en manos de un piloto mexicano y otro extraordinario piloto mexicano brillando en la máxima categoría. Esteban Gutiérrez, te esperamos ansiosos en la F1.
Un abrazo lleno de aprecio.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Recorriendo otras habitaciones

Pocas cosas he permitido que tengan gran impacto en mi vida y por lo tanto, poco permito que se conviertan en algo trascendente. Acabo de aprender que eso ha sido así porque desde muy temprana edad aprendí a vivir en la habitación de mi mente, mucho más que en la de mi cuerpo y que en la del corazón (visto como el representante de los sentimientos).

Y es que tuve muchos maestros de los que aprendí que la razón siempre debe estar por encima del sentimiento porque si no, no eres capaz de equilibrar tu vida y todo en torno tuyo se convierte en un drama que no tiene necesidad de ser vivido. En esta vida primero lo práctico y lo funcional.

Yo compré todos estos argumentos porque tenían sentido, y aún lo tienen. Era mejor echarle coco que corazón, a un sin fin de situaciones y de relaciones.

Vivir en la mente ha sido maravilloso porque he aprendido muchas cosas, pero como decía el buen San Pablo: "Sin amor,  no soy nada". He vivido meditando lo que sólo se puede sentir, no razonar.

Hoy empiezo un glorioso recorrido entre las diferentes habitaciones de mi yo. Atravesaré el miedo a encontrar hojas secas, polvo, desorden, poca luz y colores tristes; admiraré la belleza de aquello que me encuentre y miraré con aprecio todo lo que lo compone. Después de todo, estas cosas son parte del vivir.

Un abrazo con aprecio.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Ser

Sin justificación
Sin explicación
Sin color, peso ni forma
Sin aroma, sin dimensión
Ser...