sábado, 31 de julio de 2010

A la luz de los años

Es cierto que el paso de los años deja más que sólo arrugas o una irremediable tendencia a ser atraído por la gravedad.

Para mí, el paso de los años ha traído experiencia y conocimiento con los cuales he formado un criterio a mi parecer bastante sensato.

Esta fue una tarde para mí. Mi marido se fue con sus amigos y mis hijos se fueron con mi mamá.

Tuve mucho tiempo para pensar y para soñar.

Después de pensar, se me metió el antojo de soñar, así que quise ver una de esas películas que los gringos llaman: "chick flick" y que son generalmente de corte romántico.

Pero no encontré la película que quería ver ("He's not that into you" o "A él no le gustas tanto") y en cambio me topé con una película de 1963 con María Félix de nombre "Amor y Sexo".

Tal vez el título diga mucho, o quizá no diga nada. Esta es la historia de una mujer madura con un pasado disoluto, pero que parece no agobiarle, que conoce a un joven médico con el que más temprano que tarde, sostiene un tórrido romance. Si es que puede llamársele de ese modo.

Pero no he venido a contarles la trama, sino a compartirles aquello que me hizo reflexionar.


Últimamente me ha dado mucho por pensar en la justicia y en el precio que tenemos que pagar por las cosas que hacemos mal, deliveradamente hechas o no.

En otro tiempo me hubiera dado gusto ver lo que pasó con esta mujer y me hubiera puesto incondicionalmente del lado de la novia del médico, la chica inocente y burlada, pero que sabe pasar por el fango sin que su dignidad se vea comprometida.

Hoy lo que vi es a una mujer que sintiéndose libre, hizo con su vida lo que pensó le daría la dicha. Tarde se dio cuenta de que valían más otras cosas que nada tenían que ver con el dinero pero aceptó con tristeza que no todo el mundo es capaz de hacer un "borrón y cuenta nueva", por mucho que se cante el amor que se dice sentir.


Dicen que el orgullo es lo que sostiene a un hombre y aunque 1963 y años anteriores parezcan muy lejanos, es un hecho que para muchas personas, el valor de las mujeres se encuentra en sus virtudes, incluidas claro está la castidad.

Y yo me pongo a pensar en qué será lo que verdaderamente les importa. El valor de esa primera entrega que va más allá de un acto que busca saciar necesidades físicas, o el temor a las comparaciones y a los recuerdos del pasado que lo único que logran es avivar un celo que se torna irracional.


Al final ella hace lo correcto. Se da el valor que tiene como mujer y como ser humano y paga el precio que tiene que pagar por haber tomado decisiones que aunque parecieron convenientes en su momento, evidentemente no lo fueron. Con llanto sí, pero también con dignidad.

¡Cuantos matices tiene la vida!

Desacuerdo

No sé si a alguien además de mí le cause escalofríos la palabra desacuerdo. No, no porque sea una palabra de temer por sí misma, sino por las cosas que nuestra naturaleza humana desencadena cuando vivimos en desacuerdo.
Cuando era pequeña, los desacuerdos entre mis padres me hacían pensar en que en ese instante se rompería mi familia y cada quien se iría por su cuenta. Cuando adolescente, los desacuerdos entre mis padres me seguían asustando, pero en ese momento llegué a pensar en que la separación, al ser el punto final de los desacuerdos entre dos personas, sería la solución al conflicto (y futuros conflictos), así que dejé de temer y empecé a desear la separación de mis padres, con tal de que ya no hubiera conflictos derivados de los desacuerdos.
Y es que los desacuerdos mal tomados derivan muchas veces en la agresión verbal y física, al cierre del entendimiento y en los casos más graves, a la destrucción.
Ayer leí una nota que decía que Julio fue el mes con mayor número de muertes de soldados norteamericanos en Irak. ¿Será porque ya llegaron a un acuerdo?
Y no se necesita ir tan lejos o ver las cosas en tan grande escala para darnos cuenta de que nuestra manera de tratar los desacuerdos nos daña más de lo que nos beneficia pensar con mente propia y no como piensa el montón (o ese montón en particular).
El desacuerdo vive en el núcleo mismo de nuestras familias. ¿Qué hijo está siempre de acuerdo con su padre? ¿Qué esposa está siempre de acuerdo con su marido?
Lo más triste de todo es que estamos tan cansados de los conflictos originados por un desacuerdo mal llevado, que optamos por eliminar cualquier contacto con la sociedad. Dicen que vale más estar solo, que mal acompañado.
Y es que la persona con la que estamos en desacuerdo se convierte en la mayoría de los casos en el enemigo. ¿Y quién es el dueño absoluto de la verdad como para determinar quién tiene la razón y así eliminar el origen del desacuerdo?
Uno de mis vecinos me contó un día que, sabiendo que él adora sus rosales, una vecina suya con la que tenía "pique" por otras razones, una noche se internó en su jardín para cortarle todas sus rosas.
Cuando mi vecino se dio cuenta de lo sucedido inmediatamente supo quien había sido la autora de la fechoría y corrió a ponerle una demanda por daño en propiedad privada.
Después de unas semanas de "dimes y diretes", las rosas volvieron a crecer e incluso más bonitas que antes. El vecino meditó en lo sucedido y le dio un poco de risa ver que lo que al principio fue un daño, se convirtió en un bien y decidió dar el primer paso para eliminar los conflictos: dejó de pelearse con la vecina y de darle importancia a aquello que ella hacía y que a él le molestaba.
Ellos siguen en desacuerdo, pero por lo menos ya no se meten uno con el otro.
Seguramente nosotros fuimos educados para ser personas de bien, esto quiere decir que no hago el mal con ese propósito y por lo tanto, siempre estoy bien.
Cuando alguien hace las cosas de manera distinta, piensa diferente o tiene otros gustos, lo primero en que pensamos es tal vez que estando en su situación, nosotros haríamos las cosas mejor.
El desacuerdo nunca va a desaparecer y por el contrario, cuando las personas son más cercanas, los desacuerdos se viven de una manera quizá más intensa.
No lo digo yo, lo dicen las miles o millones de actas de divorcio que se dan alrededor del mundo: Motivo de separación: Diferencias irreconciliables.
¿De verdad hay diferencias irreconciliables? O ¿Será que no nos dimos cuenta a tiempo de que con esta persona había muchos más puntos de desencuentro que de encuentro?
Creo que para saltear los obstáculos que nos presenta el hecho de no saber manejar los desacuerdos, debemos ser humildes y conscientes de que lo que es distinto no es malo por ser distinto; tal vez en la tolerancia encontremos que aunque diferentes, al final de cuentas todos respiramos el mismo aire y compartimos el mismo suelo.
Hay que pensar en que la diversidad nos enriquece y que todos tenemos derecho a vivir como mejor nos parezca (siempre y cuando no afectemos los derechos de los demás).
Se como buenamente puedas ser, que ya encontraremos el modo de seguir en este camino en paz, tú con tu credo y yo con el mío.

lunes, 26 de julio de 2010

De la vida, lo que te acomoda... y de la moda, también

Hablando de cosas hasta cierto punto banales, encuentro que me hubiera gustado en algún momento de mi vida, haberme formado cierto estilo en cuanto a mi arreglo personal.

Siempre me ha gustado la elegancia con el que se arreglaban las señoras de los años cuarentas y cincuentas del siglo pasado. El vestido, la media, el peinado y el zapato de tacón, siempre harán verse bien hasta a la mujer menos agraciada.

Veo las fotografías de las abuelas y las tías más mayores y me doy cuenta de que no nada más las señoras de sociedad se sabían vestir bien en aquel entonces.

Y es que es innegable que la media, el sombrero y el guante, hacen la diferencia.

Pero bueno, en estos tiempos volver a todos esos accesorios suena descabellado en primer lugar porque ya no es moda, y en segundo lugar porque igual y requeriría invertir mucho tiempo en el arreglo, mismo que francamente es preferible invertir en otras cosas.

A mí me encanta la televisión y en ella encuentro algunos modelos que me gustaría seguir, pero esas fantasías se desvanecen en el aire cuando me imagino en esas maravillosas vestimentas, una mañana en la que muy seguramente tenga que tirarme al suelo para desconectar alguna computadora que requiera un arreglo físico o que haya que treparse a un anaquel para revisar el ruteador que se niega a sostener en pie a la red. Murphy no falla, ya me lo ha hecho saber.


La que últimamente me tiene encantada con su forma de vestir y en general con su arreglo es Julianna Margulies, en The Good Wife.

Si ven las fotos de cuando Margulies salía en ER, se darán cuenta de que no es una extraordinaria belleza, sin embargo en The Good Wife le han sacado un maravilloso partido a sus facciones y en general a su figura.

Me encanta ese vestuario elegante y sobrio con que caracterizan a su personaje. Será tal vez porque es una abogada o porque es la esposa del político prominente y la quieren representar con el estilo impuesto por las esposas de los políticos norteamericanos como lo hiciera Jackie Kennedy en su momento.

Creo que es el mejor ejemplo de que una mujer bien peinada, bien maquillada, con un traje sencillo pero de corte sobrio, sus zapatos de tacón y por supuesto la media, se ve muy bien.


Claro que no soy la mujer de oficina que se mueve en círculos que requieren este tipo de arreglo, pero sinceramente me gustaría verme así por lo menos algunos días de la semana.

Independientemente de si me es posible o no llegar a un estilo como el de la señora Florrick, soñar no cuesta nada e intentarlo tampoco.

Y ya me voy a dormir porque para todo lo que se tiene que hacer para verse así, es necesario madrugar.

domingo, 25 de julio de 2010

Charcos

Llueve afuera. Estás en casa o en la oficina. Generalmente buscas cubrirte si es que debes salir. Un paraguas, un impermeable, botas, el auto. El problema es cuando llueve afuera y estás afuera y no tienes paraguas ni botas ni impermeable ni auto. Si te mojas te da frío, se te deshace el peinado, se te corre el maquilllaje, la ropa se maltrata y qué decir de los zapatos que pueden terminar en el bote de la basura después del mojado suceso, amén de la alta probabilidad de pescar un buen resfriado. La mayoría de la gente corre, se resguarda bajo el toldo de lona de algún comercio, entra a una tienda o cafetería, toma un taxi, se sube al micro o al autobús. Hay una amplia gama de opciones pero la constante es tratar de evitar a toda costa que el agua del cielo haga de las suyas sobre nosotros. Sin embargo, existen momentos en los que es imposible abstraerse a pesar de todos los esfuerzos, en los que no queda más camino que la resignación. Sufres un poco al principio, las primeras gotas son siempre más frías que las siguientes, mientas madres y maldices tu suerte más de una vez, lamentas tu falta de previsión y juras por las once mil vírgenes que no volverás a salir de casa sin paraguas aunque te choque cargarlo por todas partes. Ya medio mojado dejas de sentir tan gacho. En algún punto te ríes de ti mismo pero al tiempo que odias a los afortunados que van dentro de sus coches, sobre todo a aquellos que en alguna esquina te miran con lástima. Una vez que te encuentras empapado es cuando la magia sucede. En medio del irremediable "ensopamiento" y de la comprensión de que no vale la pena resistirse, te llega la liberación y de un momento a otro dejan de importar todos los detalles banales que te hicieron buscar el resguardo inalcanzable, vuelves la cara al cielo para sentir la frialdad inicial de las gotas cayéndote encima. Te sientes niño de nuevo. Abres los brazos y deja de importar la lástima de los automovilistas desde su refugio seco y abrigado (finalmente son ellos los que se pierden la diversión). Una vez que te abandonas a la libertad del agua es complicadísimo reprimirte. Es una sensación maravillosa, como de transgresión positiva, como de volver al origen; cuyo climax es el momento justo en el que miras el primer charco y decides, con toda intención, brincar sobre él y sobre los cinco siguientes, arrastrar los pies en el sexto para "hacer olitas", buscarlos en lugar de evitarlos. Llegas a casa mojado hasta el alma pero extrañamente feliz y liberado, como después de un largo día de juegos en la infancia.

miércoles, 21 de julio de 2010

Las mujeres que no se soportan

Los opuestos se atraen y los iguales se rechazan.


Esta no es una conclusión a la que puedas llegar con mucha facilidad, ni siquiera si te remites a las leyes de la física.
Si tomas dos imanes, por un lado se atraerán y por el otro se repelerán, pero físicamente ¿qué los hace iguales por un lado y diferentes por el otro? El campo magnético, claro está; ese que se esconde a tus ojos pero que ahí está sin lugar a dudas.


Pero todo en la vida tiene sus "bemoles". Es posible que el género opuesto te atraiga porque la naturaleza nos empuja a ello, pero ¿qué pasa con todo aquello que nos hace diferentes? ¿no sientes de pronto la necesidad de que alguien te entienda porque tal vez ha vivido las mismas circunstancias?


Hacer amistades en general ha sido relativamente fácil para mí, a pesar de mi conducta fuertemente antisocial. Lo que sí ha sido complicado es lograr mantener una línea estable en mis relaciones con otras mujeres.


Sé que influyen muchos factores para que esto sea de esta manera, así que tomo esta parte de la vida como algo natural y hago mi mejor esfuerzo para que las cosas fluyan de la mejor forma posible y cuando esto no es así, pues también lo acepto y sigo adelante.


Pero dejando un poco de lado esta parte me encuentro con las mujeres que no se soportan en absoluto. Claro que en este vasto mundo hay cientos de personas de cualquier género con las que no nos llevamos por las razones que sean, pero el comportamiento entre hombres y mujeres que no se soportan no es el mismo cuando se trata de un "contrario" del mismo género.


Cuando estudiaba en la universidad, mis dos mejores amigas no se soportaban la una a la otra. Aquella relación era una especie de familia separada por un divorcio en donde yo tenía que elegir cuanto tiempo convivía con una y con la otra sin que hubiera sentimientos de alguna de las partes.


En su momento comprendí por qué no podían llevarse bien, sin embargo siempre deseé que fueran capaces de hacer a un lado sus diferencias para encontrar puntos de unión mucho más fuertes en sus similitudes, pero eso nunca se dio, aunque un día "hicieron las paces" y llevaron la fiesta en paz hasta que ya no estuvieron juntas en la escuela.


Vivencias como esta he tenido varias a lo largo de mi vida. Nada menos ayer me enteré de que una amiga de hace muchos años tampoco soporta a otra de mis amigas y pareciera que esto es mucho más común de lo que creía.


Hasta donde mi memoria alcanza a recordar, yo no había estado en lado de la amiga que no soporta a otra amiga de una amiga, hasta hace poco tiempo y esto es lo que la experiencia me ha dejado:


1. En verdad es muy complicado verle el lado bueno a las personas (¡porque claro que lo tienen!), cuando no hay muchos puntos de encuentro.
2. Generalmente eso que aborrecemos de ellas, nosotros también lo ostentamos como defecto.
3. Nos preguntamos por qué todo lo bueno les pasa a ellas si no hacen nada para merecerlo (o al menos eso parece).


La lista podría ser tan extensa como un pliego petitorio sindical, pero creo que en estos tres puntos se resumen las razones por las cuales no soportamos a equis o zeta mujer.


No es por darme baños de grandeza o de pureza pero la verdad es que a pesar de que la amiga de una amiga no me cae, nunca he puesto a mi amiga en el predicamento de elegir entre ella y yo. Creo que la vida va mucho más allá de los gustos y las opiniones personales de cada quien, y que para nada tienen que ser las mismas, vaya, ni siquiera similares.


Lo que sí ha sucedido es que la convivencia se ha tornado medio pesada cuando estamos todas juntas (incluyendo a las otras amigas). O bien hay muchos silencios, o de plano se han externado opiniones con un apasionamiento que deja mucho que desear sobre la capacidad de razonamiento de quien la expresa (naturalmente ella).


El caso y el cuento es que la vida ya nos puso en este camino y tenemos dos opciones: seguir ignorándonos por el resto de la eternidad, o tratar de encontrar un punto de encuentro que tal vez conduzca al nacimiento de una amistad que nos deje muchas cosas positivas a ambas.


Y como diría Cantinflas (QEPD): "Ahí está el detalle".


Sé que es posible hacer a un lado las diferencias sin perder nuestra identidad y sin dejar de lado nuestros ideales; por eso estoy determinada a darle una oportunidad a la persona.


Independientemente de si las cosas se dan o no, al final habré ganado mucho. Tal vez en cosas que no sean tangibles, pero sí sensibles y muy comprensibles.

martes, 20 de julio de 2010

¿Terapia?

Estoy terriblemente consumista. ¿Algún hueco demasiado hueco? Seguro que sí. Me resulta preocupante pero a últimas fechas no sé bien a bien por dónde empezar a reconstruírme, no logro encontrar lo bueno de mi ser. ¿Terapia urgente? Tal vez... intensiva. ¿Soledad?... de cama.

Las cosas que provoca el feminismo exacerbado

Si hay algo cierto en la vida es el hecho de que los extremos son malos.

Hace mucho tiempo que pienso que el movimiento feminista se salió totalmente de control y que ahora, lejos de ayudar al género que representa, lo hace más miserable de lo que posiblemente era antes.

Una amiga me mandó este correo que me pareció muy interesante. En él se explica claramente por qué unas cosas son como son, y no porque se le quiera dar en la madre a la mujer o sus derechos (los que merece y que ha conseguido a lo largo de los años con tantas lágrimas, sudor y sangre).

He aquí el correo en cuestión.

APRENDAMOS DE UNA VEZ POR TODAS. NO ESTOY EN CONTRA DEL GENERO FEMENINO, SINO DEL MAL USO DEL LENGUAJE.
¿ES INCULTURA, DESCONOCIMIENTO U OCURRENCIA ?

¿Presidente o presidenta?

En español existen los participios activos como derivados verbales.
El participio activo del verbo atacar, es atacante.
El de sufrir, es sufriente.
El de cantar, es cantante.
El de existir, existente.

¿Cuál es el participio activo del verbo ser?
El participio activo del verbo ser, es "el ente".

El que es, es el ente.
Tiene entidad.
Por ese motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final 'ente'.

Por lo tanto, la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independiente del género (femenino o masculino) que tenga.
Se dice capilla ardiente, no ardienta.
Se dice estudiante, no estudianta.
Se dice adolescente, no adolescenta.
Se dice paciente, no pacienta.
Se dice comerciante, no comercianta

La Sra. Cristina Fernández de Kirchner, no sólo hace un mal uso del lenguaje por motivos ideológicos, sino por ignorancia de la gramática de la lengua española. Y ahora en Venezuela, también el presidente, hace uso de estas barbaridades.

Caso contrario en Chile, donde lo aplican bien: la Sra. Bachelet es, presidente.

Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos latinoamericanos, con la esperanza de que llegue a la Casa Rosada y a Miraflores, para que esos ignorantes e iletrados usen bien la lengua castellana.

Un Mal ejemplo sería:
La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, representanta e integranta independienta de las cantantas y también atacanta, y la velaron en la capilla ardienta existenta.

Qué mal suena ahora Presidenta.. ., ¿no?
Es siempre bueno aprender de qué y cómo estamos hablando....

Además en lugar de :
El perro es el mejor amigo del hombre,
Pará qué diablos decir:
El perro y la perra, son los y las mejores y mejoras amigos y amigas, del hombre y de la mujer.

Bien bueno está esto y esta; para que las socialistas y los socialistos, de una vez por todas y todos aprendan y aprendon y dejen de marearnos y marearnas a los hombres y a las hombras y nos permitan y nos permiton regresar a nuestro y nuestra nivel lingüístico y lingüística, ya que hemos sido y sidas muy pacientes y pacientas hasta ahora y hasta ahoro.
Saludos y saludas y besitos y besitas…

Atentamente,
W.Molina, Licenciado en castellano y Literatura y no en castellana y Literaturo


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Yo creo que ya es tiempo de que dejemos de ver "moros con tranchete" y empecemos por darnos un sitio digno en la sociedad. La mujer que se pelea por cosas como las que se señalan en el correo, sólo saca a relucir su ignorancia, una autoestima pequeñita y por último, una capacidad minúscula para razonar.

¿Es esta la clase de mujer que me gustaría que representara al género femenino? Definitivamente NO.

Yo creo que en la naturaleza femenina existen millones de cosas maravillosas y únicas en su género que deberían ser el cimiento de nuestro existir y por lo tanto, de nuestro comportamiento. Lo único que hace falta es buscarlas y luego usarlas en favor de la humanidad.

martes, 6 de julio de 2010

Alemania y los mundiales

Die Mannschaft

Mucha gente me ha preguntado a lo largo de los años por qué le voy a Alemania en los mundiales de fútbol si soy mexicana.

Bueno, creo que mucho tiene que ver, en primera instancia, la influencia de mi papá, quien ha sido un fiel seguidor de Alemania en el fútbol desde que tengo uso de razón.

¿Por qué?

Porque la selección alemana de fútbol se ha caracterizado a través del tiempo por ser un equipo disciplinado, inteligente, organizado y con una estabilidad mental como pocos equipos pueden presumir.

Lo que más me gusta es su presencia constante en las líneas que luchan por los primeros lugares de los eventos en los que participan; prueba irrefutable de que la dedicación, la concentración y el trabajo en equipo (entre otras cosas) son elementos indispensables para alcanzar muchas metas en la vida. Pienso que son un buen ejemplo a seguir.

Por mi cuenta los empecé a seguir en el mundial del 86 y sufrí y lloré cuando perdieron aquella final contra Argentina y Diego A. Maradona.

En el 90 me regodeé en su triunfo contra Argentina y después del corajón que hice en el 86, este campeonato me supo a gloria.

En el 94 y 98 los seguí hasta los cuartos de final, con la esperanza de que para el siguiente mundial llegaran más lejos y lo hicieron en el 2002 cuando quedaron otra vez como subcampeones.

Recuerdo que en el 2006 llegaron hasta las semi pero no pudieron pasar sobre Italia así que se tuvieron que conformar con el nada despreciable 3er. puesto.

Hoy Alemania la tiene complicada porque va contra una España que ha venido de menos a más y si lograra ganarle, iría contra una "Naranja Mecánica" que lleva invicta 2 años.

Por mi parte, mis muchachitos (como les digo porque son chavos en su mayoría) ya hicieron su trabajo este mundial al echar fuera a Argentina con Diego A. Maradona ¡Y de qué manera! ¡Con 4 golecitos nada más!, así que me quedaré contenta pase lo que pase con ellos de aquí en adelante.

Desde mi perspectiva, la selección alemana es digna de reconocimiento porque ha venido de un país aniquilado (2 veces) y dividido por más de 45 años en el siglo que hace poco terminó. Creo que la situación económica, política y social de Alemania no ha sido muy favorecedora, sin embargo siempre ha procurado tener un equipo de primer nivel que se muere en la raya por defender la camiseta del país al que representa.

Algo digno de admiración sin duda.

¡Vamos mis muchachitos,
la copa Sudáfrica 2010
los espera! =D


Die Panzers