viernes, 31 de octubre de 2008

Mi abuelo Baltazar y los recuerdos

Baltazar, mi abuelo materno, murió cuando yo tenía apenas tres años, así que nunca tuve grandes recuerdos de él en vida. Sin embargo, las memorias de las excursiones que hacíamos al cementerio cada Día de Muertos para visitarle, siguen cálidas en mí.
La familia en pleno se reunía temprano por la mañana. Mi madre y todas las tías preparaban con antelación la comida que llevarían para calmar el hambre de la horda de primos que saltábamos de un lado al otro pretendiendo, en casa, ayudar a los tíos a subir flores, cubetas y palas a las camionetas, y ya en el cementerio, a bajar todo de nuevo.
La faena comenzaba con retirar las flores marchitas del año anterior, cosa que a mí me aterraba porque siempre salían de ellas cientos de bichos. Después había que esperar a que los papás limpiaran el montículo de tierra bajo la que descansaba el abuelo y le volvieran a dar apariencia de tumba nueva con ayuda de las palas. El olor a tierra de cementerio es diferente a cualquier otra, ahí aprendí a comprenderlo. La parte divertida comenzaba cuando la tierra había sido acomodada, era entonces cuando los niños entrábamos en acción deshojando las flores de cempasúchil y esparciendo su amarillo característico por todo el montículo, haciendo figuras, nombres y cuanta cosa se nos ocurría. Llenábamos botes con agua y armábamos ramos con nube y flores de terciopelo. Las gladiolas estaban destinada a los jarrones grandes que permanecían junto a la cruz de hojalata sobre la que rezaba el epitafio típico del lugar: “Te has llevado lo que más amaba pero me queda el consuelo de saber que algún día nos veremos de nuevo. Baltazar Cortés García. Recuerdo de su esposa e hijos”, a la cual mi prima Isabel y yo agregamos furtivamente “y nietos” con pintura Vinci, un pincel y la letra despatarrada de dos niñas de seis y siete años. Una vez remozada, la tumba lucía elegantísima a mis ojos, llena de colores, luces de veladora y con el fragante aroma de las flores como “bonus track”. Al final, grandes y pequeños rodeábamos al abuelo, y la abuela comenzaba con voz trémula los rezos, iguales siempre cada año, con sus ojos llenos de agua y su pañuelo blanquísimo en la mano derecha deformada por la artritis, presto a limpiar cualquier lágrima que se escapara a su férrea voluntad de no llorar. Era un momento solemne, el único en el que la inmovilidad era rota sólo por el leve meneo de los labios al murmurar los Padres Nuestros y Aves Marías, y por el viento helado que nos despeinaba y traía el aroma del bosque cercano.
El colofón era la comida. Pan de muerto, tlacoyos, tacos de frijoles y arroz, refresco de naranja. Comíamos junto al abuelo, todos contentos por estar juntos y recordarle con cariño.
Hace unos días volví a ese lugar. Esta vez fui yo quien preparó la comida y fue mi esposo quien cargó las cubetas con agua. Fueron mis hijos quienes acomodaron las flores en los jarrones del panteón de mármol que cubrió el montículo de tierra hace un lustro. Fue mi madre quien dirigió los rezos, sin pañuelo pero con la artritis incipiente en sus manos y las lágrimas guardadas en sus ojos. Durante ese momento solemne volví a ser niña.

“Gracias abuelo por los maravillosos recuerdos que me regalaste a pesar de que no tuvimos mucho tiempo para convivir. Tu prieta.”

Dedicado a la bruja que todas llevamos dentro

De todos los personajes que existen en el marco de la fantasía, las brujas son de mis favoritos y creo que esto se debe a que como bruja, tienes toooodo a tu favor para poner en su lugar a quien lo merece.

Tal vez seré masoquista porque me gusta remar contra la corriente admirando a los personajes que la mayoría del mundo odia, pero es que la verdad las heroínas o las buenas de los cuentos se me hacen increíblemente bobas. Yo no creo que la bondad del corazón esté peleada con un poquito de inteligencia... en fin.

Mis brujas favoritas son la de Blanca Nieves y la de La Bella Durmiente. Ambas bellas, sofisticadas y con una mirada de hierro tipo María Félix.

Pero aparte de estas brujas de cuento, cuando era niña también admiraba a Samantha Stephens, aquella bruja que interpretó magistralmente Elizabeth Montgomery en los años sesenta en la serie que en México llamaron "Hechizada".

Además de bonita, Sam era el modelo de ama de casa americana, que teniendo a su disposición todo un arsenal de trucos, decidió vivir como mortal con las desventajas que esto conllevaba, pero disfrutando de las comodidades y el glamur de la vida estadounidense. En pocas palabras, era una bruja original.

Los tiempos cambian y aspirar a ser una mamá y esposa como Sam ya no es lo que está de moda, pero yo sigo viviendo mi fantasía de convertirme algún día en una bruja como Samantha... ¡oh, sí!

De parte de la Bruja Escaldufa: ¡Muchas felicidades en su día! a todas las maravillosas brujas que llevamos en el corazón.

miércoles, 29 de octubre de 2008

...

Se antoja abandonarse a las ganas de echar a andar, sin rumbo y sin tiempo, simplemente andar y andar hasta que resulte imposible dar un paso más.

martes, 28 de octubre de 2008

La solitudine

... la solitudine fra noi
questo silenzio dentro me...

Crisis

Crisis aquí y allá, dentro y fuera de mí, del país, del mundo. Crisis de palabras, de liquidez, de valores, de inspiración, de hijos que crecen y padres que se hacen viejos, de falta de trabajo y de hierro en la sangre, de exceso de plantones y fuegos cruzados. Crisis de mitad de los treintas, de sueños que amenazan con quebrarse, de fortaleza (a veces, sólo a veces).
Ni hablar. Las crisis son eso. Supongo que tienen su propio proceso evolutivo que incluye al inicio un dejo de depresión, luego un momento de conciencia en el que tomas fuerza para no dejarte abatir, y por último, la recuperación del optimismo y la vitalidad. Vaya pues, mi esfuerzo por salir de la primera fase. ¿Será?

lunes, 27 de octubre de 2008

Paciencia

Inhalo, exhalo y me pido paciencia. ¿Qué más puedo hacer cuando me topo de frente con un miembro activo de los clubes de optimismo?
Inhalo, exhalo y me exijo paciencia...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Obscured by clouds

Hay veces en las que el dolor no deja decir palabra alguna. Para mí hoy es un día de esos.

Yo no sé si estoy sobrereaccionando, si estoy haciendo un drama en un vaso con agua o si lo que me quema por dentro está justificado o no. Lo único que sé es que se me sale del corazón en forma de llanto.

Afuera llueve y yo estoy sola con mis rolas.

Heaven sent the promised land
Looks alright from where I stand
Cause I'm the man on the outside looking in

Waiting on the first step
Show where the key is kept
Point me down the right line because it's time

To let me in from the cold
Turn my lead into gold
Cause there's chill wind blowing in my soul
And I think I'm growing old

Flash the readies
Wot's...uh the deal?
Got to make to the next meal
Try to keep up with the turning of the wheel.

Mile after mile
Stone after stone
Turn to speak but you're alone
Million mile from home you're on your own

So let me in from the cold
Turn my lead into gold
Cause there's chill wind blowing in my soul
And I think I'm growing old

Fire bright by candlelight
And her by my side
And if she prefers we will never stir again

Someone said the promised land
And I grabbed it with both hands
Now I'm the man on the inside looking out

Hear me shout "Come on in,
What's the news and where you been?"
Cause there's no wind left in my soul
And I've grown old

Wot's... uh the deal? - Obscured by Clouds
Pink Floyd

Más vale

Dicen por ahí que vale más un buen adiós, que vivir del chongo por cosas que no valen la pena.

Hoy me veo en la necesidad de ponerme un bozal y guardarme las ganas de decir dos o tres frescas que pongan en su lugar a quien se lo merece, pero no lo voy a hacer porque hay otras personas y proyectos que me importan mucho como para dejar que se vayan al caño por babosadas.

Lo que sí puedo afirmar, es que ha llegado el momento de ponerle punto final a las cosas y llevarme lo que es mío y sólo mío.

Admito que me duele porque compartí mi juguete más querido y ver cómo lo hacen pedazos es un golpe muy fuerte, pero no importa... eventualmente me volveré a levantar y como siempre, él estará conmigo.

Hoy le han dado la estocada definitiva a uno de los más maravillosos sueños que jamás tuve y no me queda más que recoger los pedazos y seguir adelante, de cualquier modo, ese sueño ya vivía en terapia intensiva.

Recordaré con cariño los buenos momentos y a las personas que tan gentilmente tuvieron a bien, seguir mis locuras.

Así es este mundo de letras, muchas veces incomprendidas.

sábado, 18 de octubre de 2008

Hoy no. Ya no.

Soltarme, volar, dejarte atrás. Escucho una canción de Elton John, una que siempre te ha traído a mí. Hoy no. Ya no.
Hoy estoy de fiesta porque logré lo que en algún momento de mi vida pensé imposible...
Hoy no eres tú al que veo bailando a la orilla del mar, ni corriendo rápido sobre la arena, ni como un espíritu nacido de la tierra y el agua.
Hoy no veo fuego saliendo de tus manos. Hoy finalmente las piezas encajan, cada una en su lugar.
Hoy no me dueles. Ya no me dueles.

Hoy te digo adiós... para siempre.

viernes, 17 de octubre de 2008

¿?

¿Qué haces cuando sientes que el mundo te aplasta?

El sentir brujil



En un mundo que claramente se lo está cargando el demonio, uno se pregunta ¿qué diablos se puede hacer para evitarlo? La respuesta no es sencilla, pues requiere de un grado superlativo de paciencia y sobre todo, de consideración por el próximo.

Y yo digo: ¿Cuándo el próximo va a tener consideración conmigo?

En fin, estoy consciente de que unirme a las masas en esa actitud decadente no deja nada bueno para mí ni para nadie, así que vuelvo al redil y me porto como buena cristiana, siempre deseando el bien para los demás.

Pero en días como el de ayer, en donde uno sin deberla ni temerla es víctima o se entera de que la gente que ama es víctima de los patanes que hay en el mundo. Dan ganas de sacar del closet la escoba, y no para barrer, sino para salir volando en ella cual bruja escaldufa a ajustarles las cuentas a esos individuos que se creen que pueden ir por el mundo haciendo sentir mal al próximo sin consideración alguna.

Es por eso que hoy, me pongo mi traje de bruja y mando al caldero a esos que, guiados por sus frustraciones, se dedican a lastimar a la gente buena.

Invito a todo aquel que tenga algo que sentir al respecto, a que lance al caldero de la indiferencia, los actos venenosos de personas así para que jamás vuelvan a lastimarles ni a sus seres queridos.

¡He dicho!

martes, 14 de octubre de 2008

El pasado que vuelve

Hoy me volvió a doler una herida que creí cerrada hace muchos años. Alguien llegó y hurgó en ella. ¿Conjeturas falsas? Tal vez.
En fin. Supongo que en pocos días pasará. No vale la pena que me desgaste porque la vida pone a todos, tarde o temprano, en el lugar que le corresponde según sus acciones.

lunes, 13 de octubre de 2008

Cuando todo se tiñe de rojo

El miedo me corre por las piernas, se escurre en forma de gruesas gotas, me moja, me ensucia. No soy capaz de moverme mientras un charco rojo se forma a mis pies, sólo mis ojos reaccionan y se llenan de agua aterrorizados por el espectáculo de la sangre abandonando mi cuerpo sin control. Algo anda mal y ya es tiempo de ponerle remedio.

domingo, 12 de octubre de 2008

Hasta la otra vida

Hoy has dicho adiós y con ello has llenado de pena muchos corazones.

Pienso en ti y recuerdo todos esos días que convivimos, las noches que fui huésped en tu casa y los días que me dejaste jugar en ella, mientras fui niña y adolescente.

Si he de serte sincera, debo decirte que doy gracias a dios por tu partida. Nadie merece una larga y dolorosa agonía y creo que no eres la excepción.

Gracias por haber estado conmigo el día de mi boda, gracias por haber tenido siempre presente a mis dos hijos, por haberlos tratado como una abuela, gracias por todo lo bueno que nos regalaste.

Lanzo al cielo una oración por ti y con ella espero de todo corazón que mi tío y mi prima, encuentren el consuelo que necesitan para seguir adelante con esta vida que ha cambiado de sentido.

Que en paz descanses, tía Leo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Ayer que te perdí

Ayer que te perdí

Muchos sustos he vivido desde que te conocí, pero ninguno de ellos llegó a ser tan doloroso como saber que te perdí.

Miles de cosas, todas ellas terribles pasaron por mi mente en cuestión de segundos, incluso la posibilidad de no volverte a ver y eso acabó con mi entereza.

Le pedí a dios que cuidara de ti donde quiera que estuvieras y una vez más confirmé que el rezo de una madre es la voz que mueve a los ángeles en la tierra.

Poco después te encontré y mi alma volvió al cuerpo, quise regañarte por haberte apartado de mí, pero no pude y solamente te abracé.

Hoy me doy cuenta que no importa que ya no seas un bebé, todavía no es momento para que tu manita se suelte de la mía.

viernes, 10 de octubre de 2008

Cascarito

No ha sido fácil ser tu hija, siempre me has puesto la vara muy alta; aunque tampoco puedo decir que haya sido difícil, porque a pesar de tu carácter explosivo, has sido un gran maestro y, a tu modo, siempre me has demostrado tu cariño.
Hoy empiezo a ver, no sin una buena dosis de dolor, cómo el declive natural de los hombres después de los sesenta, empieza a dejarte su huella; hoy eres mucho más sereno, tanto que olvidas cosas importantes, (habrá que comprarte una agenda pequeña porque no creo que dejes de resistirte a las monerías tecnológicas como las Palms y las Blackberrys), pero sigues siendo un hombre fuerte y decidido, capaz de manejar ese mounstro que llamas ensiladora o de batirte los pies con la mierda de tus amados becerros mientras limpias los corrales enormes en donde los guardas.
Creo que nunca te lo he dicho, pero te admiro mucho y me hace muy feliz sentir que hoy estamos más cerca que nunca, que he aprendido a aceptarte así como eres, con todos tus fallos y tus aciertos, con todas esas manías tan tuyas, con toda esa necesidad de transgresión positiva que aún te habita como cuando tenías trece y fuiste a la gran ciudad en busca de fortuna.
Creo que pocas veces te lo he dicho pero también te agradezco todos los horizontes que me abriste con tu esfuerzo, con tu empeño, con tu tenacidad. Gracias a ti soy, poco o mucho, bueno o malo, pero esta mujer que ahora escribe con las lágrimas bailando en sus ojos, existe gracias a ti. Gracias por allanarme el camino y por por hacerme notar que a veces hay que alejarse de lo que duele para ser feliz en lugar de empeñarse en enfrentamientos inútiles. Gracias por lanzarme al mundo, por hacerme voltear al horizonte, por enseñarme que la vida es lucha, por haber puesto tu mano en mi espalda al cruzar alguna calle de San Francisco, por haber detenido mi furia en aquella otra de Assis, por haber sostenido mi cabeza con tu hombro cuando no era capaz de hacer otra cosa más que llorar por un amor perdido. Podría agradecer hasta la media noche, sin parar, pero creo que lo más importante ha sido dicho y tú sabes muy bien, pá, todo lo demás que quisiera decir. Te quiero.

jueves, 9 de octubre de 2008

San Francisco


Un sueño más cumplido, un sueño menos por cumplir.

El Golden Gate me abrazó en medio de la niebla, Union Square me regaló sus luces y escaparates, Fisherman´s Wharf me dio a probar sus sabores, Ghirardelli me endulzó el paladar, Muir Woods me hizo sentir pequeña y libre, me colgué del tranvía de subida y de bajada con la luna brillando sobre las casitas victorianas.
Una gran experiencia, típica, tal vez, incluso promedio. Nada espectacular pero sí entrañable, sí digna de grandes recuerdos.

Niebla

Amo entrar y salir de ella, sentir su humedad, respirarla, ver como engulle todo a su paso, como lo convierte todo en blanco.

jueves, 2 de octubre de 2008

Mis sueños al desnudo en YouTube

Sting, Fields of gold, sembradíos de girasoles, campos abiertos, hadas, estrellas, Raoul Bova. Quien sea que me conozca bien, relacionaría instantáneamente cualquiera de esos elementos con esta que escribe. Cada uno de ellos me ha inspirado admiración, bienestar, deseo, serenidad y un sinnúmero de sentimientos y sensaciones entrañables a lo largo de mis años.
Siempre creí que la frase "sueños hechos realidad" tomada de una manera literal, sólo se trataba de un lugar común de los más comunes, que en la generalidad de los casos los humanos debíamos conformarnos con aproximaciones, con algunos chispazos concedidos por Dios para animarnos a continuar con la dura existencia, pero nunca en su totalidad.
Sé que suena cursi, pero hoy por la mañana la vida me demostró que estaba equivocada, que los sueños más íntimos, con todos y cada uno de sus elementos por más bizarros que sean, pueden encontrarse un día en YouTube.
Sobra decir que lloré como magdalena y que todo el día he traído una sonrisa que el mismo Guasón envidiaría.
Cuando veas este clip estarás viendo dentro de mí.
¡SOY FELIZ!

¡Feliz cumpleaños, Sting!



No sé exactamente cuantos cumple. Mi fanatismo se reduce a la música que crea, a sus letras tan bellas y profundas, a esa voz terrosa y sexy que sale de su garganta. Sólo sé que hoy es el cumpleaños del hombre cuyas canciones han sido mis compañeras de vida durante los últimos veinte años.
Desert Rose, Why should I cry for you?, A thousand years, Ghost story, Be still my beating heart, Whenever I say your name, las gloriosas Every breath you take y Fields of gold... la lista es enorme y en cada una de esas rolas hay una parte de mi historia, cada una de ellas está ya impresa en mi código genético.
No sé exactamente cuantos cumple, pero no quiero que hoy termine sin gritarle desde aquí, desde mi anonimato, desde mi atareado día:

¡Feliz cumpleaños, Sting! Ojalá que vengan muchos más.

miércoles, 1 de octubre de 2008

El primer beso

La mejor amiga de mi hija tiene diez años. Ayer dio, le dieron, regaló o le robaron (cuestión de enfoque y de detalles que desconozco) su primer beso. Su madre no tiene idea, ¿cómo va a imaginarlo siquiera si se supone que esa no es una edad para andar por la vida regalando besos?
En mis tiempos, como decía mi abuela, nos tomábamos la vida con más calma. Claro que yo me la tomé con demasiada, porque el primer beso me sucedió a los dieciocho. Ya sé que rebacé con mucho la media de la población adolescente de mi generación, pero ¿qué le vamos a hacer?, en ese entonces yo tenía la ideología de la Criada Bien Criada, o sea que necesitaba escuchar campanitas para dejarme besar.
Las niñas de hoy van muy a prisa, deseosas de comerse el mundo (y a los muchachos) a edades en las que aún no son capaces de lavar sus calzones.
¿Qué podemos hacer las madres al respecto? ¿Será suficiente mantener abiertos los canales de comunicación? ¿Explicarles que depende de ellas el recuerdo que ese momento, que debiera ser mágico y maravilloso, les deje para el resto de sus vidas? Yo espero que sí. Por lo pronto, es lo único que tengo a la mano para tratar de mostrarle a mi puberta que no hay prisa, que como mujeres debemos regalarnos experiencias bellas y no dejarnos llevar por la moda o por la curiosidad a una edad demasiado temprana.