miércoles, 26 de noviembre de 2008

El espejo

¿Qué me devuelve el espejo? Antes que todo, silencio; después una escasa melena castaña, ojos pequeños y cejas finas, nariz recta y un territorio corpóreo accidentado, con colinas suaves y grandes cumbres. Treinta y cinco años evidentes pero piadosos, una sola arruga formándose en el entrecejo, dos más, pequeñitas, sobre el labio superior. Plenitud, indicios del comienzo del declive de la juventud que se resiste a perecer a manos de los días que se convierten en semanas, meses y años sin tregua, implacables. La misma yo de antes, la que anhelaré encontrar dentro de diez o veinte, la que hace cinco no vislumbraba. Experiencia, satisfacciones, miedos, logros. Yo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

A year has passed since I wrote my note...

Parece increíble lo rápido que viaja el tiempo, pero más aún, el poder de la música para detenerlo por instantes y grabarlo con fuego en el corazón de quien quiera escuchar y anhele recordar.
Hoy hace un año... mi piel aún se eriza en el recuerdo de aquel picnic musical bajo la luna llena, húmedo de llovizna; y yo, con el corazón desbocado y la voz de mi garganta perdida en el estruendo del bajo, la guitarra y la batería; y yo, con mis sueños cumpliéndose nota tras nota, con mis ojos mirando y mis oídos escuchando de cerca lo que durante veinte años pareció imposible.
Hoy hace un año pero aún vibro y celebro. ¿Se vale que agradezca una vez más?

jueves, 20 de noviembre de 2008

Ana

Hoy te miro, Ana, con ese cuerpo tuyo que acaba de dejar de ser redondito para llenarse de curvas y líneas rectas, con esos ojos grandes y expresivos que no dejan de ser iguales a los que me vieron por vez primera hace once años y me enseñaron en un segundo el significado de la vida. Hoy te miro con esperanza, con orgullo, con fe, pero también con miedo, o mejor dicho, con varios miedos. Uno, el de faltarte en esta etapa de tu vida en la que necesitas de mi guía y mi fortaleza para regresar de tus excursiones, en la que te es indispensable mi consejo y mi consuelo para aprender a enfrentar la vida de afuera, las relaciones con sus gozos y dolores. Otro, miedo del mundo con sus improperios, con su deshumanización, con su culto desenfrenado al cuerpo y al placer, con su masificación de lo vulgar y su popularización de lo supérfluo. Uno más, a no ser capaz de dejarte ir lo suficiente, lo necesario, a intentar protegerte un poco de más o un poco de menos, a no encontrar el equilibrio entre mis temores y tu derecho de salir al mundo.
Y es que no me fueron suficientes once años ni decenas de libros y conferencias ni los propósitos hechos en silencio cada mañana, para prepararme a la llegada de este momento.
Hoy te miro, Ana, te escucho, te leo, te abrazo, y no puedo negar que quisiera que ese gesto fraterno fuera infinito, que te quedaras conmigo para siempre; supongo que es un deseo legítimo siempre y cuendo no pase de eso, porque también quiero verte volar, vivir, buscar tu propio destino, y eso te resultaría imposible conmigo y mis ramas alrededor tuyo.
Hoy te miro, Ana, y comprendo que mis miedos no son mayores que mi deseo de tu libertad y de la realización de tus sueños, así que soltaré el abrazo aunque me duela y me quedaré a esperarte, abierta de brazos, para cuando necesites volver.

martes, 18 de noviembre de 2008

Sorpresas te da la vida...

Y yo que pensaba que las sorpresas eran para cualquiera menos para mí.

Dicen por ahí que el que persevera alcanza y yo acabo de alcanzar.

Este año mi marido se ha reencontrado con muchos de sus amigos de la infancia y hasta con maestras de la primaria. Me gustó mucho conocerlos porque fueron parte importante de su vida y son personas extraordinarias.

Confieso que en el camino no pude evitar sentir melancolía por mi gente de aquellos años a quienes ya no volví a ver. Pensé que añorar no cambiaría mi vida así que me dispuse a buscar en Internet a quien fuera. No encontré a nadie directamente, pero providencialmente me topé con el papá de una amiga de la secundaria y me atreví a enviarle un mensaje a través de su cuenta de correo.

Hoy he vuelto a saber de mi amiga, hoy me he reencontrado con mi primera juventud, hoy por fin siento que sí eché raíz en un lugar y que hay un corazón que me recuerda con el mismo cariño con que yo la recuerdo a ella.

¡Gracias dios por este regalo divino!

viernes, 14 de noviembre de 2008

Un cálido recuerdo

El cálido roce de un recuerdo me hizo urgar en mi memoria para rodearme un rato de aquello que me hizo feliz tanto tiempo. ¡Qué bien se siente volver a casa aunque sea de visita!, revivir momentos entrañables, sumergirme en los aromas y sensaciones de un pasado que dejó de serlo (gracias) por instantes.

jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Bien o mal?

¿Cómo saber cuando una decisión es tardía, correcta, ética o ninguna de las anteriores? Hoy pedí lo que durante años rechacé, sin embargo y a pesar de que mi razón me aplaude por romper el tabú, no puedo evitar sentir un dejo de miedo.

Vampiros

No sólo existen los ladrones de sangre, también hay algunos de energía, y otros... de sueños.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Los de antes

¿Dónde quedaron los de antes?
¿En los años, en los meses?
¿En los sueños, en los viajes?
¿En los días o en los instantes?

Toda crisis representa una oportunidad

Hace unos días en un desayuno con unas amigas platicábamos las peripecias que vivimos a diario con los hijos, la casa, el trabajo, el marido, las familias extendidas, y en general con la sociedad.

Una dijo estar en crisis con sus hijos y otras tres trajimos a la mesa nuestros recientes momentos de crisis con los nuestros.

Otra habló de su crisis matrimonial y de cómo fue que afortunadamente para su familia, ella y su esposo lograron superar sus problemas y tomaron la decisión de seguir el camino juntos.

Otra más compartió su sentir respecto a los momentos en los que tenía que sacar adelante a su familia (hijos) sola cuando su esposo pasaba mucho tiempo de viaje.

Recuerdo que una de ellas dijo:
-¿Por qué seremos tan complicadas?
-Porque somos mujeres amiga- contesté.

Nos reímos al darnos cuenta de que es verdad, de que las crisis se nos hacen muy pesadas porque dejamos que el sentimiento nos invada aparentemente sin control. Claro que en nuestro caso esto nunca ha sido un obstáculo para resolver los problemas del día a día, pero finalmente son sentimientos que están ahí y que no pueden y no deben negarse por salud mental y emocional.

Así, entre un tema y otro, entre un café, pan y los guisados del buffet se fueron las horas compartiendo, consolando, dando opiniones que terminaron siendo consejos y al final, todas nos despedimos con una gran sonrisa y cargando ya no el peso de las penas en el corazón, sino la seguridad de que toda crisis representa una oportunidad y que no se está solo en este "valle de lágrimas" cuando tienes amigas en las que puedes depositar sin temores, tus más íntimos sentimientos y tus más grandes miedos e inseguridades.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Treinta y cinco

Carrie Bradshaw en Sex and the city dijo en el capítulo en el que cumple treinta y cinco años: a partir de hoy soy oficialmente vieja. Me reí tanto que me propuse citarla el día que yo estuviera en la misma situación y como no hay plazo que no se cumpla, heme aquí reproduciendo esa frase en la fecha indicada. Y no es que me sienta vieja por cumplir treinta y cinco, simplemente es un gusto que me estoy regalando, algo así como si me comprara un par de zapatos o un bolso unicamente por capricho.
Hoy agradezco a Dios por permitirme llegar esta etapa tan llena de juventud (sí, todavía) y experiencia simultáneas, con hijos crecidos y creciendo, con un matrimonio maduro y estable, con padres y hermanos, con amigas (pocas pero buenas), con mis letras.
Hoy cumplo treinta y cinco, y me siento radiante porque veo hacia atrás y encuentro miles de vivencias enriquecedoras, cientos de lugares en diversas partes del mundo en los que he dejado un pedacito de mí y de los que me he traído instantes maravillosos, decenas de sueños cumplidos y decenas más aún por cumplir, cientos de retos enfrentados y vencidos, muchos kilómetros de carreteras y caminos andados. Hoy cumplo treinta y cinco, y veo hacia el futuro con esperanza, con la firme convicción de seguir viviendo y viajando y soñando y departiendo y sonriendo y amando... todos y cada uno de los días que me queden.

sábado, 8 de noviembre de 2008

viernes, 7 de noviembre de 2008

Un sueño

En una cotidianeidad que está tremendamente contrapuesta a los sueños, es muy fácil rendirse para no seguir sufriendo.

Sueños van, sueños vienen. Algunos llegan a ver la luz de la realidad y otros se quedan en las sombras de una gaveta en el corazón.

¿A dónde iré a parar yo?

martes, 4 de noviembre de 2008

La tierra y la espiga

La tierra me abraza con su aroma,
salvaje sensación de añoranza,
de juegos libres y tiempos de antes
que regresan hoy para aliviarme
los miedos adultos que me acechan.
Los campos de cebada me acarician
al pasear entre los surcos generosos,
origen y destino de su vida
tan verde primero, tan dorada luego.
Y vuelvo a ser niña en ellos
con aroma y tacto, con los ojos llenos
del oleaje ingobernable de la espiga,
una y miles, una y cientos,
que lleva y trae con ella mis heridas.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Lectura para una noche de insomnio: La muerte civil

Estando ya a pocas horas de celebrar otro día de muertos, yo vengo a hablar un poco sobre otro tipo de muerte: La muerte civil.

La muerte civil es un estado en el que se le retira cualquier derecho y personalidad jurídica a un ser humano, aunque siga físicamente vivo. Generalmente se le otorga a quienes están presos con cadena perpetua o a quienes serán sometidos a la pena de muerte.

Yo he descubierto que la muerte civil tiene otra aplicación, es verdad que no tiene nada que ver con la pérdida de derechos civiles, pero a quien se le otorga, deja de existir en la vida de quien se la da.

No es por darme baños de pureza, creo que no hay persona en el mundo que no tenga un lado flaco, pero sí puedo decir que soy una persona pacífica que casi siempre tiene buena voluntad para con el prójimo. Así me educaron.

El paso de los años me ha enseñado que las relaciones interpersonales son sumamente delicadas y que si bien están llenas de cosas maravillosas que hacen que el corazón rebose de felicidad, también tienen momentos difíciles y que tristemente en algunas ocasiones, condenan a la relación a una muerte irremediable.

En mis 36 años de vida, solamente dos personas me han dado la muerte civil (que yo sepa). Digamos que comparado con el tiempo que he vivido y el número de personas que han pasado por mi camino esto no debería ser significativo, pero tristemente lo es.

El duelo de la muerte física la vive el que se queda, el duelo de la muerte civil la vive el que la recibe.

Me queda claro que por mucho que mis padres se hayan esforzado por educarme para ser una persona de bien, muchas veces me equivoco y lastimo con mis acciones o con mi actitud a la gente que me rodea. Reconozco que soy una persona increíblemente reactiva y que muchas veces me muevo y emito juicios usando solamente mi percepción (muchas veces) limitada de lo que ocurre a mi alrededor.

Todo en la vida tiene un precio y mis actos no son la excepción. A partir de este día debo cargar con el peso de otra muerte civil, que si bien quien me la dio no tiene un significado fuera de proporciones en mi vida, es un hecho que no deja de ser doloroso pues me hace dudar de mi calidad como persona.

Sé que este es un sentimiento pasajero y que eventualmente superaré sus efectos en mi vida, pero hoy me duele y me preocupa.

En fin, seguiré trabajando por ser una buena persona, por conservar mis valores y por no dejar que estas situaciones me quiten la fe en la humanidad... porque si hablamos de dolores, la gente a la que mis actos pudieron lastimar también me lastimó a mí.


"[...] Y allá en el otro mundo,
En vez de infierno encuentres gloria,
Y que una nube de tu memoria me borre a mí [...]"

Échame a mí la culpa - José Angel Espinosa "Ferrusquilla"

Gracias por leer, gracias por comprender.