jueves, 30 de julio de 2009

Sueño húmedo

Me miras de frente, desde tu camisa roja, con tus ojos de niño que esconden los del hombre desalmado que el tiempo me enseñaría, eres en realidad; me hablas, sonríes, miro las arruguitas que se forman al rededor de tus ojos (esas que tanto me gustaron siempre). Mi corazón presiente su propia explosión si continúa latiendo a esa velocidad pero no sabe cómo revertir el efecto que causas en él. Finalmente sucede, me besas, y el vientre me explota junto con mis arterias y mis neuronas y mi entrepierna. Intensidad roja. Orgasmo inevitable.
Suena el despertador y todo se vuelve blanco. Hace decenas de meses que no soñaba contigo. ¿Por qué volviste?

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