Este fin de semana vi la película "The Social Network" o como la conocen algunos por estos lares: "La peli del Facebook".
Tal vez sobra decir que a mí me encantan este tipo de temas porque me ayudan a ver los "entretelones" de lo que llevó a la creación y propagación de las maravillas tecnológicas emanadas de la computación.
Por cosas de la vida, tuve la suerte de conocer de cerca la filosofía con la que fue creada "Hewlett Packard" y de un tiempo para acá, me he empapado más sobre lo que llevó a Steve Jobs y a Bill Gates (por mencionar unos pocos), a revolucionar el mundo con los productos estrella de sus compañías.
A finales de los noventas recuerdo una película para televisión que se llamó: "Pirates of Silicon Valley" protagonizada por Noah Wyle como Steve Jobs y por Anthony Michael Hall como Bill Gates.
Al principio me impactó y me hizo admirar fuertemente a Steve Jobs y ver en Bill Gates, a un oportunista que supo estar en el momento y lugar adecuados.
Pero como en todo lo que se hace "drama", el contenido de esta película (aunque gran parte hechos reales), no resulto ser tal como lo pintaron.
Por ejemplo en ella aseguran que Steve Wozniac (co-fundador de Apple) le ofreció su prototipo de la Apple I a HP nada más por compromiso (porque era su empleado), cuando por boca del propio Wozniac sabemos que su tirada era tener el respaldo de HP para el lanzamiento de su producto pero que la empresa lo rechazó a pesar de sus esfuerzos.
"Mark Zuckerberg - CEO de Facebook"
El caso es que ahora viajamos al 2010 para conocer el retrato de una historia originada a finales de 2003 que condujo al nacimiento de un producto que sin duda ha revolucionado la manera en que las personas usamos los recursos tecnológicos para comunicarnos e interactuar con el resto de la humanidad.
La película me gustó mucho y como de todo lo que veo, algo aprendí. Confirmé que en este mundo de poder y dinero, no importa lo que se tenga que hacer ni sobre quien se tenga que pasar, lo importante es sobresalir y que la humanidad te rinda pleitesía. Al menos esa es la imagen que me dejó Sean Parker (el creador de Napster), interpretado por Justin Timberlake.
Sinceramente me incliné por la postura de Eduardo Saverin porque se me hizo muy feo que siendo el amigo y el que hace que arranque el producto porque pone la lana, se le eche de la jugada de esa manera. No estoy de acuerdo en su postura como Director de Finanzas porque ciertamente que sus jugadas no lo llevaron a nada o casi nada de provecho para la compañía, pero por la amistad, la lealtad y otras cosas, creo que merecía otro tipo de trato. Creo que ahí la regó Mark Zuckerberg.
El mundo de las empresas es sin duda un mundo complejo. Todos tenemos mucho entusiasmo al participar de cosas que sabemos que van a innovar la forma como el hombre ve el mundo, pero en el camino nos olvidamos de que todos pensamos de diferente forma y que si no logramos conciliar nuestros puntos, el camino además de ser espinoso, puede que termine mal para muchos.
Pero como dice el lema de la película: "No puedes hacer 500 millones de amigos sin hacer algunos enemigos". Pareciera que para llegar a hacer un bien a la humanidad, tienes que sacrificar a algunos cuantos.
Y podríamos decir que esto se da debido a la inexperiencia de la juventud que poseen los innovadores de la tecnología de nuestros tiempos (Mark a sus veintes en el tiempo en que creó Facebook, Steve Jobs y Bill Gates también a sus veintes por allá de los setentas).
Difícil en verdad combinar experiencia con el empuje que sólo puede darte la juventud. El caso es que en el día a día de mi vida, reconozco que debo agradecerles a estos personajes por haber hecho lo que hicieron en su momento (bien o mal), para llegar a donde están ahora porque sin haber recorrido ese camino, nosotros no disfrutaríamos de las bendiciones que nos da el poder contactar con gente físicamente lejana, o simplemente el no ser capaces de volver a conectarnos con las redes sociales de nuestro pasado cuando íbamos a la escuela y no había computadoras ni internet.
Y muchos pueden adjudicarse la paternidad de ciertas ideas, pero sólo el que las hace realidad con todo lo que eso conlleva, merece tener el reconocimiento. Al menos así lo veo yo.