Nunca me ha gustado la incomodidad, así que cuando salgo de casa, cargo hasta con el perico; no vaya hacer que lo necesite. Ya sabes, más vale tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo.
En este momento me encuentro de viaje y cuando preparé mi maleta dejé en casa algunas cosas con la intención de viajar ligera. Fueron pocas cosas, pero hicieron la diferencia, no en la cantidad de equipaje, sino en el peso de mi diario vivir.
Sé que nada que pueda necesitar me hará falta mientras sea capaz de disfrutar del viaje precisamente porque voy ligera.
Un abrazo con aprecio desde el bellísimo Puerto Vallarta.
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