miércoles, 11 de julio de 2012

Desde la muerte

Creo que el momento más terrible después de la muerte de un ser amado es retomar la vida diaria sin esa persona.

Cada vez que estoy en un funeral, veo al viudo o viuda y se me parte el corazón al pensar en lo que será para él o ella llegar a su habitación, a esa que compartió equis años con su pareja y donde se dieron los momentos más íntimos y personales de la vida que se acaba de terminar.

El dolor y la soledad deben pesar mucho en esa primera noche amarga.

A veces me pregunto cómo sería para mí el tener que vivir todo eso y cuando la cosa se torna más oscura y profunda, opto por pensar que yo me iré primero que él.

¿Me gustaría que él tuviera que vivir todo eso? ¡No! Por gusto no... pero sé que él sabría manejarlo... incluso sé que le tomaría menos tiempo que a mí,  recuperarse y aceptar su nueva condición hasta el día en que también entre en el rincón de los graduados.

Tengo un boleto y de pronto no sé qué tan proximamente pudiera hacer uso de él. No, no es que tenga pensamientos ni intenciones suicidas, simplemente hablo del boleto que me dieron el día que nací... el mismo boleto que les han dado a todos los seres vivos desde que este mundo es mundo y que eventualmente todos, queriéndolo o no, terminamos por usarlo.

Y bueno, no es que tenga miedo de morir... al menos no por mí. Lo que me da miedo de morir es saber que va a ser triste para mis amados y que no estaré en posibilidades de confortarlos.

No he conocido a alguien que al día de hoy sea capaz de decir un adiós a algo significativo en la vida sin derramar una lágrima.

Un abrazo con aprecio:
Anabell



3 comentarios:

Raelana dijo...

Sí que es lo pero, la habitación vacía, el esperar oir a esa persona, olvidarte de que ya no está y de pronto darte cuenta. El vacío es tan grande. El funeral es lo de menos, tienes razón, lo peor es el día a día.

Anabell dijo...

Así es amiguita, el funeral dura poco y el resto de la vida, ¿qué decir? Te mando un abrazote. Gracias por venir.

La lunática dijo...

Has puesto palabras a los pensamientos que he tenido sobre el tema a lo largo de mi vida.
Ese hilo conductor...