lunes, 28 de octubre de 2013

Soy II

Soy una mezcla extraña 
mitad querer ser, mitad nunca serlo. 
Soy una medianía, 
una duda, 
una extranjera en cualquier mundo. 
No pertenezco a ningún sitio, 
a ningún entorno, 
no coincido con el orden de las cosas. 
Voy siempre a contra flujo, 
en sentido contrario, 
en todas las direcciones 
y en la dirección opuesta.
Sólo me encuentro en los atardeceres, 
en los campos de cebada, 
en medio de la llovizna, 
del bosque, 
de la niebla, 
en las páginas de un libro, 
en la música de Sting, 
en la Suite No.1 en sol mayor para violonchelo de Bach, 
en los interludios, 
en los puentes peatonales, 
en la brisa que me despeina, 
en la soledad de la contemplación de la milpa o de un campo de flores,
en los pueblos mágicos, comiendo quesadillas de comal y tomando café de olla, 
en las calles empedradas, 
en la playa sola con mis pies descalzos, 
detrás del lente de una cámara fotográfica, 
en los poemas de Benedetti, de Becerra, de Neruda, de Lechuga.

Soy llovizna. 
Soy una luciérnaga que no sabe que lo es, 
lo que es.

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