Todos los regresos tienen cosas maravillosas; la riqueza de una nueva experiencia, el amor compatido con quienes viviste el viaje y claro está, la renovación interior que sólo puede dar la humanidad que carga con todas sus imperfecciones pero que está siempre decidida a buscar la perfección.
Hoy, aunque físicamente muy cansada, estoy convencida de que este viaje en particular, ha sido una de las experiencias más maravillosas que he podido vivir.
En este viaje he conocido que aunque la humanidad puede manifestar miles de imperfecciones, su esencia es perfecta porque viene de quien la creo.
También descubrí que hay mucho más por amar y anhelar de lo que mis ojos ven, lo que mis oídos escuchan y mis manos sienten.
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