Hoy lloro por los rincones como alguna vez lloré tu ausencia… Ya no lloro porque no estés, en realidad no me duele que pases tus días especiales con la gente que te quiere, aunque esto implique estar lejos. Lloro porque me siento incapaz de extrañarte y sé que eso está muy mal.
Sé que eventualmente llegará el día en el que ya no te veré más y no quiero recibirlo con este nudo en el corazón.
Ahora me recrimino haber endurecido tanto el corazón, como para no llorar al verte a través de la ventana partir hacia los lugares donde estaban tus sueños.
Cuanto duele que no duela…
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