Siempre supe que sucedería, sobre todo porque no me di la oportunidad de llorarlo en su momento; finalmente sucedió y hoy recojo los pedazos de esos diez años, los únicos de mi vida en los que logré pertenecer a mi entorno; hoy confirmo que mi destino es dejar atrás, dejar ir, resignarme a perder, ver a los amigos desde lejos, saber mi casa habitada por otros.
En fin, supongo que lo que queda es construír sueños nuevos y trabajar día a día por alcanzarlos aún en medio de la mierda y la soledad.
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