Cuando te conocí tenías veintidós. Han pasado quince desde entonces, con todos los contenidos del mundo, con buenas y malas y altas y bajas y locales y extranjeras, sin los hijos primeros y con ellos después; con menos pelo y más experiencia, con más arrugas y menos dudas.
Muchas cosas han cambiado desde que tenías veintidós, pero muchas otras permanecen: lo mucho que te quiero, lo mucho que me gusta recargar mi cabeza en tu pecho antes de dormir, lo que adoro que tu barba de tres días me pique cuando me besas, lo que disfruto recorrer el mundo a tu lado.
Hoy cumples treinta y siete, y es grandioso ver que parte de nuestro sueño se ha cumplido, que seguimos envejeciendo juntos... que seguiremos.
¡Feliz cumpleaños, corazón! ¡Te amo!
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