miércoles, 17 de junio de 2009

Ceguera paterna

¿Por qué los padres tendemos a la ceguera cuando se trata de nuestros hijos? Siempre me he jactado de ser objetiva en cuanto a las virtudes y defectos de mis pequeños. No dudo un instante en reconocer que son hermosos porque en realidad lo son, sin embargo también puedo decir que Ana es un fiasco para cualquier actividad física, que tiende con peligrosidad al egoísmo y que hay que trabajar para mantener su vanidad a raya. Lo mismo pasa con Ger, entiendo que le cuesta concentrarse y que las ondas intelectuales no son lo suyo, pero es muy bueno para todo lo que se trate de usar el cuerpo en movimiento. El caso es que, como cualquier ser humano, tienen de todo.
Ayer me enteré de que los papás de su mejor amiga, han empezado a considerar a Ana una mala influencia para su hija porque "desde que se junta con ella es más amiguera, habla más por teléfono y ha empezado a pedir permisos que antes no" . Entiendo que están en su derecho y me pregunto si esos cambios no serán más producto de una evolución natural (porque, por si no se han dado cuenta, su bebé ya tiene doce años) que de las "malas influencias" que la "malvada de mi hija" pueda ejercer sobre ella; pero no puedo dejar de sentir rabia ante el malestar que esto le ha casuado a Ana, sobre todo porque estoy segura de que es injusto. ¿Por qué no simplemente aceptan que su hija está creciendo y que ha llegado el momento de empezar a soltar algunas amarras? ¿Por qué no dejan de buscar culpables afuera y se concentran en trabajar para ganarse la confianza que su niña NO les tiene?
Todo esto, además de enfurecerme, me ha puesto en alerta para no dejarme seducir por la ceguera aunque sea lo más cómodo.

2 comentarios:

Dylan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dylan dijo...

Nunca debemos parar de educar. Aùn dentro de la injusticia. Siempre he dicho que el peor error que podemos cometer como padres es decir: " Mi hijo no"

Ahora, ¿Qué pasa con Ana? transmuta esta pésima experiencia.
Uno de los cuatro acuerdos es que nada en esta vida es personal, ni el peor insulto ni la mayor congoja y que las palabras lastiman en la medida que uno lo permita.

Lejos estoy de querer decirte lo que tienes que hacer. Pero si sé por experiencia propia lo mucho que duelen estos primeros madrazos de vida y lo importante que es la postura que uno tome al enfrentarlos.

un beso bruja