La chilena Violeta Parra tuvo a bien componer esta maravilla de canción hace cuarenta y tantos años, varios antes de que yo naciera. Hoy se la quiero pedir prestada porque siento la obligación de agradecer este día en que llego a los 37.
Siempre me ha gustado mucho la totalidad de su letra, tan humanista, tan idealista, tan amorosa; pero lo que más me mueve es la manera en que va del individualismo en las primeras líneas de cada estrofa a la mención y presencia constante del hombre a quien ama, en la última. Pasa del yo al tú de una manera sutil pero encerrando en esa transición el tributo a esa persona que siempre está, el agradecimiento, el amor absoluto, el gusto, la devoción.
Hay muchísimo por lo que podría agradecer, pero hoy quiero hacerlo especialmente por el hombre que camina la vida a mi lado; porque él es el origen de mucho de lo agradecible de mi vida; porque está siempre, porque me acompaña y me cuida y me mima y me calienta los pies en las noches de frío, porque no necesito más que su sonrisa para sonreír, porque nunca más seré nómada mientras me abrace, porque conoce mis cicatrices y las acepta, porque su amor es el perfecto contrapeso de mi perenne egoísmo, porque siempre me saca de las peores pesadillas en el momento oportuno.
Gracias a la vida que me ha dado tanto en un solo hombre, en un sólo amor.
Y gracias también a los que han leído y han contenido la risilla irónica que provoca lo cursi. Quienes me conocen saben que lo soy irremediablemente, sólo que hoy me di permiso de un poco más. Es lo menos que merezco en mi cumpleaños ¿no? ;)
2 comentarios:
¡Muchas felicidades amiga!
Que el camino siga lleno de bendiciones por montones.
Te mando un abrazote apretado con mucho cariño.
Besos.
¡Gracias, amigaaaaaaaaaaaaaaa!
Publicar un comentario