Como un fantasma vagaré
por los verdes prados
que un día me vieron correr.
Me sentaré en la fría lápida
que tiene grabado mi nombre
y contemplaré el horizonte
donde algún día fuí feliz,
donde algún día sonreí.
Y en lugar de que el mundo
llore mi ausencia,
yo lloraré el vacío que éste me dejó.
Hasta que del polvo,
pueda yo volver a renacer.
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