miércoles, 22 de abril de 2009

22 de Abril

Como muchas tragedias ocasionadas por la mano del hombre, la del 22 de abril de 1992 pudo evitarse pero ¿a quién diablos le importa evitar tragedias en este mundo?

El 19 de abril de aquel año, vecinos de la calle Gante en el sector Reforma de Guadalajara, reportaron al Ayuntamiento que las alcantarillas y las tomas de agua despedían un intenso olor a gasolina. El Ayuntamiento mandó a "expertos" a revisar y se dieron cuenta que efectivamente ahí había elevados niveles de gasolina y otros hidrocarburos pero que no había necesidad de evacuar la zona.

22 de abril: ¡CATAPLUM!

Seguramente muchos tienen una historia que contar de lo vivido y otros tristemente vieron el fin de sus días en segundos, horas, días o semanas después de ocurrida la tragedia.

Yo recuerdo que mi papá estaba ahí. Había llevado su coche a un taller de la zona y estaba en camino a recogerlo cuando el minibús donde viajaba se detuvo al escuchar el grito de alguien decir algo como: "¡Están volando coches!"

Él cuenta que salió de la unidad cuando el chofer les gritó: "¡Sálganse todos o nos va a cargar la chingada!". Corrió sin rumbo fijo porque no sabía por dónde explotaría la siguiente calle, pero afortunadamente para él y los que iban en ese camión, dirigieron sus aterrados pasos en sentido opuesto al de los estallidos.

Por muchas horas no supimos de él. Cuando nos enteramos de la tragedia, no nos apartamos del televisor rogando al cielo no verlo desfilar entre los montones de cadáveres que fueron llegando a la morgue temporal en la que se convirtió el centro deportivo CODE Jalisco.

Algunas horas después, él se comunicó a la casa y avisó que no le pasó nada aunque estuvo a un pelo, que el área era un caos y que tan pronto como saliera de ahí regresaría a casa y así fue.

10 explosiones acabaron con la vida de mucha gente a lo largo del barrio de Analco (uno de los más antiguos de mi ciudad) y otras zonas del Sector Reforma. Ahí, a pocas cuadras de donde viví los primeros 16 años de mi vida.

La vida sigue y como es de esperarse no podemos quedarnos en el limbo. Lo que sí podemos hacer es lanzar al cielo una oración por aquellos que lo perdieron todo, por aquellos que todavía no encuentran consuelo ni solución a lo que la tragedia les quitó.

Hoy vengo a recordar a los caídos del 22 de abril de 1992, los vivos y los difuntos.




1 comentario:

La lunática dijo...

Recuerdo perfecto que me enteré en el aeropuerto, esa noche regresaba de un largo viaje y a mi llegada me encontré con la noticia de la tragedia. Son de esos eventos que te impactan tanto que no puedes olvidar en dónde estabas, cómo y con quién cuando te enteraste.
Un minuto de silencio para los caídos.