Casi siempre caminamos por la vida con algún daño cerebral. No, no me refiero a un daño físico como tal, sino a aquel que nos aqueja por momentos cuando parece que nuestro cerebro se niega a funcionar dadas las circunstancias, bajo tanta presión o depresión.
Con estas imágenes, expongo mi forma de ver ese daño cerebral que cargamos por el mundo y junto con él, las maravillas de la luna, que siendo oscura y pequeña, es capaz de reflejar la luz y eclipsar al sol. ¿Cuántos de nosotros somos como ella?
¡Mil gracias por leer y por comprender!
2 comentarios:
Si amiga, a veces el daño cerebral a que te refieres es mas severo y devastador que el daño orgánico. La vida es tan rapida casi siempre en este mundo actual y vertiginoso, que no nos damos cuenta que existimos, olvidamos los pequeños detalles, los amaneceres, la lluvia, el verde del bosque... y eso no se recupero y entonces si que es un daño cerebral que ademas estamos heredando....como si viniera en nuestro código genetico.
Te seguiré leyendo
Así es mi estimado amigo que vuelve al sur. Yo no sé si será porque estamos llenos de manías por naturaleza o si realmente la posible "hostilidad" del mundo nos hace maníaticos. La verdad es que muchos cargamos por la vida ese daño cerebral aunque no lo queramos.
Recibe un gran abrazo.
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