miércoles, 26 de noviembre de 2008
El espejo
¿Qué me devuelve el espejo? Antes que todo, silencio; después una escasa melena castaña, ojos pequeños y cejas finas, nariz recta y un territorio corpóreo accidentado, con colinas suaves y grandes cumbres. Treinta y cinco años evidentes pero piadosos, una sola arruga formándose en el entrecejo, dos más, pequeñitas, sobre el labio superior. Plenitud, indicios del comienzo del declive de la juventud que se resiste a perecer a manos de los días que se convierten en semanas, meses y años sin tregua, implacables. La misma yo de antes, la que anhelaré encontrar dentro de diez o veinte, la que hace cinco no vislumbraba. Experiencia, satisfacciones, miedos, logros. Yo.
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