Así le llama al Día de San Valentín una amiga guatemalteca muy querida, y me gusta, me suena diferente y mucho más auténtico que el tan gastado"Día del amor y la amistad".
Me pregunto si en realidad nos hace falta un día como ese, sobre todo cuando veo que lo único que lo hace diferente para la mayoría es recibir algún globo o peluche o rosa o clavel que costó el doble de lo que puede costar cualquier otro día. Tal vez eso sea suficiente para hacerlo especial, el recibir un detalle de la persona que amas o de un buen amigo, pero yo no lo encuentro así. Me parece que es una fecha que ha caído en las redes inmisericordes del materialismo, lo mismo que el Día de las Madres y otras tan gastadas; también creo que el amor se demuestra en el día a día y sin que cueste un centavo.
Ahora bien, la otra cara de la moneda me la hizo ver anoche un buen amigo. No podía ocultar la felicidad que sentía al contarme sobre la manera en que celebraría por primera vez con su novia el día de los enamorados. Tan grande fue su entusiasmo que me contagió y hoy he comenzado a hacer lo que nunca antes: felicitar a cuanta gente pasa por mi lado.
A pesar de ello sigo siendo escéptica. Estoy segura que una vez que este contagio pase, volveré a decir que jamás haría cola en una caja de Sanborns para comprar una cursi tarjeta del Día del Cariño.
1 comentario:
Si algo me molesta en la vida es el cliché. Recuerdo que una amiga me preguntaba todos los años: "¿Qué te regaló tu novio en el día de los enamorados? ¿Te llevó serenata? ¿A dónde te llevó a cenar?" Come on!!!! Eramos estudiantes y no teníamos un quinto partido por la mitad... pero eso sí, siempre había el consabido peluche, con su moñito rojo. La verdad es que yo no celebro este día dando regalos y tampoco ha sido costumbe decir ¡Felicidades!, y esto no es falta de cariño, simplemente significa no dejarme llevar por el cliché del día de san valentín.
Este año, será medio excepción... este año solo le diré a mis amigos, que los recuerdo y los guardo en el corazón....
Besitos:
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