¡Qué alegría verte crecer! A veces te miro sin que lo notes mientras acomodas tu cabello liso frente al espejo. Estás dejando de ser niña y eso me convierte el estómago en el escenario de un choque de sentimientos, los que suben contra los que bajan, los que hacen sentir orgullosa de ver la mujer inteligente, hermosa y valiente en la que te conviertes día a día, contra los que me gritan que has dejado de ser la pequeña de mami y me enfrentan a mi propia madurez.
Quiero que seas libre, que veas siempre la hoja blanca en lugar del punto negro, que seas una mujer plena, segura y feliz. Espero haberte enseñado correctamente y si no, estar aún a tiempo de rectificar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario