Incluso para alguien como yo es complicado pero a veces hay que hacerlo, sentarse frente a alguien con el alma en cueros. Pocas cosas liberan más aunque en el proceso queden al descubierto sus pellejos, su celulitis y estrías; y se revivan patadas añejas en las entrañas con todo y sus dolores.
¡Salud por la soledad de dos! ¡Salud por ti, amiga y buena samaritana que me ayudas a cargar el peso de mi vida, cualquiera que este sea!
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