domingo, 18 de mayo de 2008
Mejorando
¡Vaya! Obtener el primer triunfo de la cabeza sobre las entrañas es halagador. Siempre, desde que todo este dolor comenzó, pensé que me sería casi imposible superarlo sin que alguien más saliera lastimado. Hoy comprobé, no sin una alta dosis de alegría y satisfacción, que la problemática tiene otra solución, que puedo seguir existendo de aquel lado de la vida, que no es necesario que renuncie a mi esencia. Cierto es también que no será sencillo que mis sueños alcancen aquel esplendor de antaño en el que todo era posible, sin embargo hoy tengo esperanza y eso es lo único que me hace falta para empezar de nuevo.
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