Creo que es momento de renunciar, por lo menos por un tiempo. Mi mente no se acomoda a las nuevas condiciones, a la falta de creatividad, a la sequía de ideas y sentimientos.
Hoy cuelgo la bandera rojiblanca. No escribiré más. No hasta que sea capaz de algo digno. Mientras tanto seguiré aquí, volcando sentimientos; así, prosaica como soy; así, sin la inspiración que se fue; así, a medias tintas... como siempre.
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