Quiero un poco de frío, uno sin sol, uno absolutamente gris.
Quiero sacar del armario bufandas, gorros, abrigos y guantes; mirar la nubecilla de mi aliento, agradecer un trago de café caliente, buscar la tibieza de tu abrazo y encontrar mucho más dentro de él.
Quiero un frío como ese de cuando era niña y acompañaba a mi abuela a la misa de cinco de la mañana, uno como el de Central Park, uno como el del día que vi la nieve caer.
Solamente frío... un poco de frío.
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