viernes, 16 de noviembre de 2007

Ocho tiempos

Ya Anabell ha hablado del tiempo, de la rapidez con la que se mueve y de su condición de tesoro no renovable.

Hoy quiero, por primera vez, que el tiempo pase rápido, que si cada día es un tiempo, los ocho tiempos que siguen a partir de ahora se vuelvan segundos para después detenerse un poco y volverse lentísimos por un par de horas. Sé que no puedo manipular el tiempo pero ¿quién ha pagado por desearlo?

4 comentarios:

ROBERTO CERVANTES P. dijo...

Si el escribir es un hábito de los que habías dejado en el pasado, que bueno que lo retomas. No se tu edad, pero para la juventud que transmites lo haces excelente... y escribir es solo expresar lo que eres en tu interior.
Interesante Blog que seguiré visitando.
Ademas interesante fotografía.
gracias.
Roberto.

Néstor Morris dijo...

Me agradó la reflexión que te propones y el modo en que la has llevado adelante.
Felicitaciones.

Anabell dijo...

Amiga del alma:

Me da un gusto enorme ver como has logrado tocar fibras en este nuevo espacio. No me extraña porque siempre he sabido que eres capaz de esto y mucho más.

Tienes una fuerza interior increíble y eso se puede ver a través de tus letras.

Espero que esto sea un estímulo importante para que no detengas tu marcha por este camino.

¡Felicidades!

Con mucho cariño:
Tu tocaya

La lunática dijo...

¡Qué sorpresa encontrar comentarios sobre mis divagues espontáneos!

A pesar de lo que pueda o no transmitir con mis letras, soy una cursi incorregible y el llegar aquí esta mañana para encontrarme con que he compartido este espacio en algún momento con alguien que, como Roberto y Néstor, se tomó el tiempo de leerme y comentarme, ha puesto una gran sonrisa en mi corazón.

Me alegra saber que seguirán visitando este espacio. Gracias mil.

Tocaya querida: ¡Gracias! Sabes lo que esta palabra coltiene, ¿verdad?
Mil besos.

Hasta siempre

Anabel, la de la luna.