martes, 11 de agosto de 2009

Placeres culpables

Anoche pensé que tal vez si los escribo me sea más fácil empezar a desprenderme de ellos. El orden es aleatorio, hay algunos más estúpidos que otros, hay algunos menos, pero todos en algún punto de la existencia me han significado momentos placenteros que después me heredan un dejo de culpa; claro que de acuerdo al sapo, la pedrada.

- Comer medio bote de Nutella a cucharadas
- Leer las cartas de antiguos amores
- Una buena escena erótica, leída, "escrebida", visualizada en la pantalla o en mi mente, y que mi imaginación no le dé a mi marido el protagónico masculino
- Odiar a Liz
- Disfrutar cuando pierde el América
- Escuchar y adorar la voz de Jorge
- Saborear cuando las cosas no le salen bien a quien no me cae bien (sí, ya sé que esto es horrible)
- Comer hasta el hartazgo en Tulan
- Que me caiga gorda la gente como Gi
- Fumar hasta que me duela todo el sistema respiratorio
- Comprar, comprar y comprar

Es curioso, pero cuando leo la lista no me suena tan terrible. Parece que no soy tan mala después de todo.

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