No lo pude evitar. Esta canción es una especie de gran amiga, de compañera de vida, de tierra conocida. Cada que la escucho algo dentro de mí se sacude, vibra, llora. Y lo mejor de todo es que, con el pasar de los años se va transformando, se va llenando de recuerdos nuevos, de significados antes inexistentes, de rostros, de voces, de silencios.
Otra vez, y seguramente no la última, dejo Why should I cry for you, esta vez interpretada en la gira Symphonicities, con arreglos para sinfónica, y con la hermosa voz de Jo Lawry como acompañamiento de mi siempre amado Sting.
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