domingo, 12 de octubre de 2008

Hasta la otra vida

Hoy has dicho adiós y con ello has llenado de pena muchos corazones.

Pienso en ti y recuerdo todos esos días que convivimos, las noches que fui huésped en tu casa y los días que me dejaste jugar en ella, mientras fui niña y adolescente.

Si he de serte sincera, debo decirte que doy gracias a dios por tu partida. Nadie merece una larga y dolorosa agonía y creo que no eres la excepción.

Gracias por haber estado conmigo el día de mi boda, gracias por haber tenido siempre presente a mis dos hijos, por haberlos tratado como una abuela, gracias por todo lo bueno que nos regalaste.

Lanzo al cielo una oración por ti y con ella espero de todo corazón que mi tío y mi prima, encuentren el consuelo que necesitan para seguir adelante con esta vida que ha cambiado de sentido.

Que en paz descanses, tía Leo.

2 comentarios:

La lunática dijo...

También yo elevo mis plegarias, amiga; por ellos y por ti, porque pronto encuentren la paz.
Un abrazo enorme, lleno de cariño.

Anabell dijo...

Muchas gracias amiga querida por este apoyo y cariño que no tiene condiciones.

Dios es grande y en su grandeza y misericordia, estoy segura que encontraremos la paz.

Y ahora, a disfrutar de nuestras mamás, mientras dios nos conceda tenerlas entre nosotros.