Hoy has dicho adiós y con ello has llenado de pena muchos corazones.
Pienso en ti y recuerdo todos esos días que convivimos, las noches que fui huésped en tu casa y los días que me dejaste jugar en ella, mientras fui niña y adolescente.
Si he de serte sincera, debo decirte que doy gracias a dios por tu partida. Nadie merece una larga y dolorosa agonía y creo que no eres la excepción.
Gracias por haber estado conmigo el día de mi boda, gracias por haber tenido siempre presente a mis dos hijos, por haberlos tratado como una abuela, gracias por todo lo bueno que nos regalaste.
Lanzo al cielo una oración por ti y con ella espero de todo corazón que mi tío y mi prima, encuentren el consuelo que necesitan para seguir adelante con esta vida que ha cambiado de sentido.
Que en paz descanses, tía Leo.
2 comentarios:
También yo elevo mis plegarias, amiga; por ellos y por ti, porque pronto encuentren la paz.
Un abrazo enorme, lleno de cariño.
Muchas gracias amiga querida por este apoyo y cariño que no tiene condiciones.
Dios es grande y en su grandeza y misericordia, estoy segura que encontraremos la paz.
Y ahora, a disfrutar de nuestras mamás, mientras dios nos conceda tenerlas entre nosotros.
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