Un sueño más cumplido, un sueño menos por cumplir.
El Golden Gate me abrazó en medio de la niebla, Union Square me regaló sus luces y escaparates, Fisherman´s Wharf me dio a probar sus sabores, Ghirardelli me endulzó el paladar, Muir Woods me hizo sentir pequeña y libre, me colgué del tranvía de subida y de bajada con la luna brillando sobre las casitas victorianas.
Una gran experiencia, típica, tal vez, incluso promedio. Nada espectacular pero sí entrañable, sí digna de grandes recuerdos.
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