sábado, 11 de octubre de 2008

Ayer que te perdí

Ayer que te perdí

Muchos sustos he vivido desde que te conocí, pero ninguno de ellos llegó a ser tan doloroso como saber que te perdí.

Miles de cosas, todas ellas terribles pasaron por mi mente en cuestión de segundos, incluso la posibilidad de no volverte a ver y eso acabó con mi entereza.

Le pedí a dios que cuidara de ti donde quiera que estuvieras y una vez más confirmé que el rezo de una madre es la voz que mueve a los ángeles en la tierra.

Poco después te encontré y mi alma volvió al cuerpo, quise regañarte por haberte apartado de mí, pero no pude y solamente te abracé.

Hoy me doy cuenta que no importa que ya no seas un bebé, todavía no es momento para que tu manita se suelte de la mía.

No hay comentarios: